11 may 2009
Una falla en Nueva York
El arquitecto español Santiago Calatrava ha presentado en Nueva York una exposición sobre la estación que ha diseñado para la zona de Manhattan destruida en los atentados del 11-S, y cuyo diseño original ha sufrido algunas modificaciones. El diario The New York Times, ha criticado abiertamente el proyecto, que considera "descorazonador".
El rotativo recuerda que el presupuesto ha pasado de casi 1.500 millones de euros a los 2.350 millones, el arquitecto valenciano "sigue siendo incapaz de superar el fatal error del proyecto: la llamativa incongruencia entre la extravagancia de la arquitectura y el limitado propósito al que sirve. El resultado es un monumento a un ego creativo que celebra la destreza ingenieril de Calatrava, pero poco más".
Para los que hemos tenido que "sufrir" el uso de un edifcio diseñado por el arquitecto valenciano, esto es más de lo mismo. Edificios narcisistas y caros, cero funcionales y que representan una forma de entender la vida y el arte como algo frívolo y vacío.
Podemos remitirnos a la ciudad de las artes y las ciencias de Valencia, cuyo museo es un ejemplo arquitectónico de incompetencia y despilfarro de recursos y suelo público. Un paradigma de nulidad en su uso social y un claro representante de como se entienden los espacios públicos en esa parte del mediterráneo.
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