4 may 2009

Transparencia



Por su importancia y posicionamiento, nos hacemos eco de la carta de contestación al crítico de arte Jose Luis Brea por parte de José Gimenez, Director General de Bellas Artes del Gobierno de España.

Estimado José Luis:

Acabo de leer, con interés, tu artículo “La sonrisa helada”, y sobre él me gustaría hacerte llegar algunas consideraciones.

Pienso que el ejercicio de la crítica sobre los programas o actuaciones de los museos, o demás aspectos del universo de la cultura, es plenamente legítima. No entro, por tanto, a valorar tus opiniones sobre la nueva presentación de la colección del Museo Reina Sofía, aunque quizás fuera prudente esperar a poder visitar y conocer directamente esa nueva presentación.
Lo que quiero sobre todo aclarar es lo referente al concurso para la selección del Director del Museo.
Después de un proceso previo de selección, el Jurado eligió a los finalistas, y para tomar su decisión final tuvo en cuenta tres elementos: la trayectoria profesional de los candidatos, la memoria-proyecto presentada, y los planteamientos expresados ante el Jurado en la entrevista que tuvo lugar con los finalistas. Ya en otras ocasiones se ha planteado por qué no se ha hecho pública esa memoria-proyecto: en el Ministerio de Cultura decidimos que no era procedente su publicación, dado que es un texto cuya autoría pertenece a su autor, que es quien debe decidir si lo publica y cómo. Yo mismo así se lo comenté a Manuel Borja-Villel, quien me respondió que por su parte no tendría ningún problema en publicarlo. Quizás sea bueno que dicha publicación no se demore ya más.

Por otra parte, quiero indicar que la aplicación de un código de Buenas Prácticas en las instituciones culturales fue una decisión del Gobierno de España, adoptada formalmente por el Consejo de Ministros. En mi opinión, se trata de una importante conquista democrática, que se aplica en la formación de los patronatos de los museos, en la selección de los directores de los mismos (adecuando en cada caso la fórmula que resulta viable desde un punto de vista administrativo), y también en la formación de los jurados que otorgan premios oficiales del Ministerio de Cultura. Ojalá podamos seguir avanzando en esa dirección, y perfeccionando todo lo que sea posible el funcionamiento democrático y profesional de las instituciones culturales, sin que éstas dependan de los cambios políticos. Pero lo conseguido hasta ahora, gracias a todos los agentes institucionales y a las personas implicadas, me parece de un gran valor. Y ya que estamos en ello, creo que es la primera vez que un cambio en el responsable del Ministerio de Cultura no abre la más mínima posibilidad de plantearse siquiera una sustitución en las direcciones de los museos del Estado. Lo que no es poca cosa, si miramos hacia atrás…

No tengo inconveniente, si lo consideras oportuno, en que traslades estas opiniones en los foros públicos que consideres más adecuados.

Te envío un abrazo,

José Jiménez

No hay comentarios: